Seguramente no es casual que el Día Mundial del Dolor sea el 17 de octubre, el mes de Artritis. El dolor es un aviso detrás del cual puede estar la artritis. Y todos los profesionales sanitarios tratarán, antes o después, con un paciente que acude a ellos porque sufre dolor de algún tipo.
Hemos querido saber más sobre el dolor, y en especial sobre porqué el dolor articular parece afectar más y de forma más temprana a las mujeres. Y por eso hemos contactado con la Dra. Concepción Pérez, jefa de la Unidad del Dolor del Hospital de La Princesa y portavoz de la Sociedad Española del Dolor.
“A las mujeres el dolor puede que les afecte más que a los varones por una cuestión multifactorial”, explica la doctora, “una sociedad hiperexigente, en el que el rol de la mujer obliga a llegar a todo, puede provocar falta de autocuidados, con lo que le restamos importancia y apenas hablamos de ello”.
A su juicio, mejorar esto pasa, como tantas cosas, por una buena educación. “Educación en la salud, para que los profesionales sanitarios de todas las áreas se formen en el dolor”, explica la Dra. Concepción Pérez, a quien le resulta sorprendente que nadie haya resuelto aún esta grave deficiencia de la carrera de Medicina: “No se estudia el dolor en Medicina, se pasa como de puntillas sobre el tema y, si te quieres formar en tratamiento del dolor, tienes que hacerlo después asistiendo a cursos especializados”. A su juicio, es algo que debería cambiar para que todos los médicos de todas las especialidades supieran atender a un paciente con dolor “porque todos antes o después van a tener que hacerlo”, insiste.
Un estudio de la Sociedad Española del Dolor cuyos resultados se conocerán en breve muestra cómo los pacientes que entran a un centro sanitario a ver especialistas supuestamente poco relacionados con el dolor tienen a éste como principal motivo de consulta. “Pensamos que un traumatólogo o un reumatólogo lógicamente tratarán con el dolor, pero no nos lo esperamos de los pacientes de dermatología o cardiología: pues también acuden a consulta por dolor. Por eso es inasumible que algo con lo que todos tenemos que trabajar en la vida profesional real no se estudie en serio en la carrera”, explica.
Los pacientes del futuro también serán pacientes formados y corresponsables, afirma: “Un paciente empoderado es un paciente formado, que sabe comunicar su dolor y sus necesidades, y esto es algo que deberíamos aprender desde la escuela”. Para la Dra. Pérez, la sensibilización social hacia el dolor y los autocuidados pasa por dar valor al dolor como lo que es: una alerta, cuando es agudo, y una enfermedad, cuando es crónico. Ignorarlo puede tener consecuencias negativas para el paciente: “Es necesario un cambio de cultura”.