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El dolor en los pacientes con enfermedades reumáticas: variables psicológicas

Tradicionalmente se ha considerado el dolor como ‘la asignatura pendiente’ de las enfermedades reumatológicas,. El dolor es una alerta de un problema de salud y es también uno de los síntomas más habituales de las enfermedades reumáticas. El dolor articular es más frecuente entre las mujeres y, además, aparece en ellas de una forma más temprana. Los motivos exactos tampoco se conocen, pero podría deberse a la falta de autocuidados de la mujer, por diversas causas socioculturales.

Esfera emocional

Los expertos recomiendan prestar atención a la esfera emocional del paciente, especialmente en los primeros meses después del diagnóstico de una enfermedad reumatológica. Los síntomas más frecuentes en este ámbito son la ansiedad y la depresión. Los estudios indican que a partir de los tres años la incidencia disminuye en gran medida.

De nuevo estos problemas psicológicos afectan más a las mujeres. También a los trabajadores en activo y a aquellos que tienen ingresos más bajos. Otros factores que influyen en el estado anímico del paciente son el grado de evolución de la enfermedad y la medida en que afecta a nuestra funcionalidad.

Dolor y estado mental

El dolor suele ser también uno de los principales motivos de los desórdenes psicológicos de las personas con ansiedad y/o depresión. El dolor está presente con mayor o menor intensidad durante prácticamente todo el curso de la enfermedad reumatológica. Para los pacientes es un elemento clave a la hora de valorar su estado de salud y la evaluación de la enfermedad.

De hecho, el dolor, junto con la discapacidad, es uno de los elementos que más limita la realización de actividades y, en definitiva, nos impide hacer las labores cotidianas. Estos aspectos son los más frustrantes para los pacientes y también para los cuidadores.

El dolor en la espondiloartropatías

El dolor, la fatiga y la rigidez pueden ser continuos o aparecer y desaparecer en especial en la espondiloartritis. A pesar de estos síntomas, la mayoría de los pacientes llevan una vida productiva y tienen una expectativa de vida normal con los nuevos tratamientos disponibles. Hay ciertas actividades que pueden hacerse para mejorar la salud como el ejercicio físico frecuente para mantener saludables las articulaciones y el corazón. El tabaquismo agrava la espondiloartritis y puede acelerar la velocidad de la fusión espinal. Una vez más, las asociaciones de pacientes brindan apoyo e información útil.

Consulta tu dolor con el especialista

A la hora de preparar tu consulta con el especialista, recuerda comentarle que sientes dolor, cuál es su intensidad, en qué partes del cuerpo y en qué momentos del día se produce. Apunta toda esta información previamente para no olvidarte de nada. De esta forma, los profesionales sanitarios podrán diseñar una terapia para mejorar los síntomas de la enfermedad.

También resulta muy interesante comentarle a tu médico posibles cambios en el estado de ánimo. Explícale, por ejemplo, que no te apetece salir a la calle o quedar con los amigos, o dile si estás habitualmente de mal humor. En estos casos los profesionales sanitarios deben hacer una evaluación general de cada caso, con un tratamiento individualizado para cada paciente y en cada momento concreto de la enfermedad.

Recuerda que los objetivos de cualquier terapia siempre son mejorar los síntomas, evitar el dolor, frenar el avance de la enfermedad y conseguir la mejor calidad de vida posible.

Referencias