tabaco y artritis

¿Fumas? No, gracias

El consumo de tabaco aumenta el riesgo de sufrir enfermedades reumáticas y autoinmunes sistémicas como la osteoporosis, la artritis reumatoide o el lupus. Asimismo, favorece la progresión o agrava los síntomas de otras patologías como la fibromialgia. Y tampoco está de más recordar que fumar causa la mayoría de las enfermedades evitables en el ámbito cardiovascular, respiratorio y oncológico, por citar solo algunos.

Los especialistas en Reumatología han explicado que los cigarrillos contienen diversos compuestos activos, como radicales libres que pueden causar una inflamación vascular. También pueden provocar el desarrollo de enfermedades sistémicas.

El doctor José Luis Andréu, especialista en Reumatología, ha comentado que las enfermedades reumáticas “tienen un riesgo inherente debido al propio fenómeno inflamatorio”. “Si estos pacientes fuman, la posibilidad de sufrir un accidente cardiovascular se potencia significativamente”.

Incremento del riesgo

El tabaco es el principal factor exógeno que predispone a desarrollar artritis reumatoide; de hecho, multiplica por cuatro el riesgo de tenerla en comparación con otra persona que no fuma. Y este riesgo se multiplica por diez en el caso de un hijo de un paciente fumador con artritis reumatoide.

En otras enfermedades reumáticas de carácter inflamatorio como el lupus eritematoso sistémico, el tabaco también podría ser un factor relevante en el incremento del riesgo de padecer la enfermedad. “Diversos estudios demuestran que el tabaquismo influye en la predisposición a padecer osteoporosis y, sobre todo, fracturas óseas a causa de esta enfermedad”, ha indicado el especialista.

El tabaco puede interactuar con los medicamentos

Otro efecto negativo del tabaco en relación con las enfermedades reumatológicas es que puede interactuar de forma negativa con los medicamentos antirreumáticos. La nicotina y otros elementos del tabaco pueden interferir con el metabolismo de muchos medicamentos. Algunos principios activos, por inhalación, pasan a la sangre. El humo del tabaco es muy rico en un tipo de hidrocarburos aromáticos que son tóxicos y, además, modifican los efectos de algunos fármacos.

Por tanto, los expertos indican que es necesario tener en cuenta si una persona fuma a la hora de definir su pauta terapéutica. Se debe ajustar la medicación prescrita en función de los hábitos tabáquicos del paciente.

Empeoramiento de la espondiloartritis

Las personas con espondilitis anquilosante, artropatía psoriásica o artritis asociada a la enfermedad inflamatoria intestinal pueden tener una predisposición a desarrollar problemas en la columna y en los pulmones. Esto se debe a la disminución de la capacidad pulmonar por los problemas de movilidad y la alteración en las articulaciones.

En estos pacientes el tabaco supone un agravamiento de todos estas complicaciones, y, de hecho, en las radiografías de los fumadores con espondiloartritis se observan más lesiones de columna que en los no fumadores. También tienen una predisposición mayor a desarrollar fibrosis pulmonar, una enfermedad que causa una especie de ‘cicatrices’ en los pulmones que dificultan la respiración.

Más riesgo cardiovascular

Las personas con artritis reumatoide tienen un mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, precisamente por el carácter inflamatorio de la enfermedad de base. También tienen una mayor probabilidad de desarrollar una fibrosis pulmonar. En consecuencia, el hábito tabáquico muy probablemente empeorará su pronóstico.

Debilidad de los huesos

Está demostrado científicamente también que el tabaco afecta de forma negativa a los huesos. Fumar aumenta más de un 30% la probabilidad de desarrollar osteoporosis y, en consecuencia, incrementa el riesgo de fractura. Según los expertos, existen varios motivos que provocan esta debilidad ósea:

  • Los productos que componen un cigarrillo reducen el aporte de oxígeno a los huesos.
  • La nicotina disminuye el ritmo de producción de células formadoras de hueso.
  • Fumar reduce la absorción del calcio de la dieta.

En definitiva, el tabaco aumenta el riesgo de tener enfermedades reumatológicas y, sin duda, también empeora su evolución. Por ello, el consejo de los médicos es claro: ¿Tabaco? No, gracias.

Recursos de interés si estás intentando dejar de fumar:

  • En este enlace del Ministerio de Sanidad puedes encontrar diferentes recursos que te pueden ayudar a dejar el tabaco
  • También puedes acudir a tu farmacia de referencia para conseguir ayuda