"La importancia de tu red de apoyo"

El primer paso cuando te diagnostican la enfermedad es el manejo de un montón de inquietudes y miedos que afectan al paciente y a su entorno. Si estos miedos e inquietudes se manejan bien, el siguiente paso es la aceptación del diagnóstico de una enfermedad sobre la que aún hay muchos mitos.

Contar con buenos especialistas y confiar en ellos es crucial. Necesitas crear ese vínculo de confianza y empatía mutua que te hará sentirte mejor y notar el apoyo que muchos profesionales sanitarios te quieren dar. Porque la confianza es vital para afrontar mil cosas que van a sucederte como paciente con artritis.

Intenta preparar la visita al médico, al reumatólogo o al fisioterapeuta… Haz un diario, apunta lo que te duele, a qué horas, qué sensaciones tienes, etc. Eso es fundamental para que tu médico o especialista te oriente a la hora de controlar la actividad de la enfermedad, recomendar ejercicios, evitar determinadas actividades, dieta… hábitos saludables personalizados para ti.

Tu familia quiere saber y entender tanto tú. No tengas miedo de decir qué te duele, a qué se debe tu cansancio, verbaliza cómo te sientes con normalidad y asertividad. Si no sabes cómo hacerlo, habla también con especialistas (psicólogos) que pueden enseñarte técnicas para explicar, por ejemplo, que acaba de darte un dolor y que ese dolor anuncia un brote, y que quizá eso te obligue a cambiar de planes esa tarde.

Normalizar la enfermedad no es hacer como si no te pasara nada: es hacer que tus nuevas rutinas empiecen a formar parte de las rutinas de tu familia y círculo de amigos. Para que veas que no estás sólo, anímate y encuentra la asociación de pacientes más cercana y entra en su comunidad. Seguro que conocerás a personas grandes como tú.