actividad física y artritis

Comienza la primavera, ¡muévete! Ejercicios para superar la rigidez de las articulaciones

La primavera ya está aquí. El buen tiempo siempre invita a salir al exterior y realizar actividad física o practicar algún deporte. Para los pacientes con enfermedades reumáticas, además de un buen pasatiempo, la actividad física es un elemento importante para controlar el dolor y la rigidez en las articulaciones.

La actividad física determina un claro beneficio para la salud de todos los individuos, según señala la propia Organización Mundial de la Salud. De este modo, un nivel adecuado de ejercicio de forma regular reduce el riesgo cardiovascular y de patologías como la diabetes, el cáncer de mama y de colon y la depresión. Además, es fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso.

Beneficios de la actividad física para las personas con enfermedades reumáticas

Dentro de unos adecuados hábitos saludables, se ha demostrado que la actividad física y el ejercicio son seguros y tienen importantes beneficios para los pacientes con enfermedades reumáticas. Se pueden distinguir dos tipos de efectos positivos:

  • A nivel preventivo. En muchos estudios se ha visto que los pacientes que realizan actividad física y ejercicio de forma habitual tienen una mejora de la calidad de vida.
  • A nivel terapéutico. El ejercicio moderado y monitorizado es el principal tratamiento no farmacológico para muchas patologías, incluyendo las enfermedades reumáticas.

Los síntomas de patologías como la artritis reumatoide se caracterizan por la afectación de articulaciones, incluyendo hinchazón, dolor y rigidez. En este sentido, una actividad física adecuada (que incluya ejercicios aeróbicos y de fuerza moderada) puede mejorar los síntomas.

Por otro lado, una característica importante de las enfermedades reumáticas es el deterioro de la salud psicológica. En este contexto, el ejercicio se ha mostrado como una herramienta eficaz para atenuar los síntomas relacionados con la depresión.

Sin embargo, el sedentarismo suele ser más frecuente en los pacientes con enfermedades reumáticas que en la población general, produciendo efectos negativos:

  • En la artritis reumatoide se asocia con más dolor y más actividad inflamatoria.
  • En la espondiloartritis empeora el dolor y el estado físico general.

Recomendaciones para la realización de ejercicio

Hacer ejercicio suave o moderado mejora mucho los síntomas de las enfermedades reumáticas. Principalmente, reduce el dolor de las articulaciones y la rigidez, fortalece músculos y ligamentos y mejora la percepción del paciente sobre sus propias capacidades, además de mejorar el ánimo.

Las recomendaciones de la Sociedad Española de Reumatología señalan la práctica de, al menos, 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada, así como la realización de ejercicio de fortalecimiento de los grandes grupos musculares dos días a la semana o más.

Dado que la artritis reumatoide, la espondiloartritis axial y la artritis psoriásica, afectan a las articulaciones, los ejercicios que se lleven a cabo deben favorecer la elasticidad, la fortaleza de los músculos y el corazón y la flexibilidad para evitar caídas y lesiones.

Ejercicio aeróbico todos los días

Los ejercicios aeróbicos son ideales para mejorar la forma física cardio-respiratoria, ganar resistencia y quemar calorías. Los más sencillos son caminar, la bicicleta (estática o en ruta), bailar y nadar.

En la artritis reumatoide cuando la enfermedad es muy activa y hay una inflamación importante de las articulaciones, se recomiendan actividades aeróbicas y ejercicios de fortalecimiento de bajo impacto.

En la espondiloartritis los programas de ejercicios deben ayudar a conseguir los dos principales objetivos del tratamiento: disminuir la actividad inflamatoria de la enfermedad y mejorar los síntomas. La natación es muy recomendable, ya que ayuda a contrarrestar la posible curvatura de la espalda y facilita la expansión pulmonar. En fases avanzadas, es decir, cuando existe fusión de las articulaciones de la columna vertebral, se desaconsejan los ejercicios de alto impacto como correr o saltar. En estos casos cada vez menos frecuentes se recomienda realizar ejercicio aeróbico combinado con ejercicios de fortalecimiento, evitando los sobreesfuerzos y las posturas forzadas.

En los casos de artritis psoriásica es muy frecuente que exista sobrepeso, por lo que el ejercicio puede ayudar a su control, mejorando el pronóstico y la respuesta al tratamiento. Cuando hay inflamación y rigidez de las articulaciones de la mano se deben realizar ejercicios de estiramiento y de flexibilidad de las articulaciones afectadas.

Recomendaciones generales

Existe una serie de recomendaciones que te pueden ayudar a la hora de hacer deporte:

  • Cuando aparece un brote, lo conveniente es reposar las articulaciones afectadas, pero en cuanto te encuentres mejor, vuelve a la rutina activa, de forma progresiva y regular.
  • El ejercicio en grupo supervisado por un monitor produce mejores resultados que el ejercicio en casa sin supervisión.
  • Dedica entre 5 y 15 minutos a calentar los músculos. Procura no hacer estiramientos al comenzar la sesión sino al final, cuando los músculos están calientes.
  • El estiramiento no debe causar dolor. Estira hasta que notes el efecto de estiramiento y mantén la posición unos segundos.
  • No hagas los ejercicios de forma rápida o violenta. Ve despacio y consciente de cada movimiento.
  • Para caminar puede ser importante una buena selección del calzado.
  • No utilices fajas para hacer ejercicio.

¡Aprovecha que ya viene el buen tiempo y muévete!