El uso de autoinyectores para el tratamiento contribuyen a la autonomía del paciente de artritis

Medicación con autoinyectores: 7 trucos infalibles

Por Unknown author

 

Si eres un paciente con artritis, sabrás que los medicamentos biológicos son uno de tus grandes aliados. Algunos de ellos podrían generar rechazo por los miedos infundados tanto a sus principios activos como a la forma de administrarlos. Estos medicamentos a veces se aplican mediante inyecciones subcutáneas, y reconozcámoslo: las agujas son un motivo de aversión para más de uno. Además, no siempre tenemos la soltura y la habilidad para auto-administrarnos una inyección, bien por esos mismos miedos, o bien por la inflamación de las articulaciones de las manos. En este aspecto, la aparición de los autoinyectores o plumas han venido a salvar muchas de las dificultades que podemos encontrarnos.

 

Aunque la forma de uso está bien especificada en los prospectos y siempre hay que leerlos, los talleres con pacientes son importantes: ayudan a conocer las preocupaciones más comunes y facilitan que los profesionales nos expliquen cómo hacer bien las cosas para que nada impida que puedas administrarte la medicación de manera segura, autónoma y cómoda. Es la mejor manera de garantizar que no dejarás la medicación más eficaz contra la artritis. En el último taller, los enfermeros Patricia García y Antonio Tocino, del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, nos dieron algunos trucos imprescindibles para utilizar correctamente los autoinyectores que facilitan mucho la administración de estos medicamentos y nos ayudan a minimizar la aversión a las agujas:

 

  • Saca de la nevera el fármaco unos 20 o 30 minutos antes de administrártelo.
  • Elige una hora de la tarde para inyectarte el fármaco. No lo hagas de  noche porque mientras duermes, pueden pasar inadvertidos molestias o efectos secundarios.
  • Asegúrate de disponer de un espacio tranquilo, con la intimidad que necesites, y sin prisas; esto último es muy importante, ¡tómate tu tiempo!
  • Lávate las manos y desinfecta la zona donde te vas a pinchar.
  • Coge un pellizco grande de piel, suficiente para que toda la superficie del autoinyector quede tapada, cubierta por la piel.
  • Actúa con seguridad y pon el autoinyector perpendicular a la piel, en un ángulo de 90º.
  • No retires inmediatamente el autoinyector: déjalo unos segundos para garantizar que no se pierda nada del medicamento.

 

Dado que las dosis se administran normalmente una o dos veces al mes, es útil llevar un calendario o ponerte una alerta en el móvil, para no dudar de si nos pusimos la última dosis, en qué zona del cuerpo y cuándo nos la pusimos. De este modo evitaremos un brote por habernos olvidado una dosis. Y siempre, siempre, ante cualquier duda, no dudes en consultar con tu médico o tu enfermera o enfermero. Hay cuestiones, como por ejemplo si es válida una dosis si se ha congelado el medicamento (no, esa dosis ya no se puede poner), o qué hacer si tenemos una infección, que debemos consultar con los profesionales. Si tienes dudas, contáctanos haciendo clic aquí: estaremos encantados de atenderte.

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