LA SALUD DE LAS MUJERES NOS IMPORTA

En 1991, la cardióloga estadounidense Bernardine Healy describió el “síndrome de Yentl”. Consistía en que muchas veces, las enfermedades no dan los mismos síntomas en las mujeres que en los hombres y este hecho despistaba a los médicos en el diagnóstico. Este hecho también se reflejaba en los ensayos clínicos, los efectos secundarios de la medicación, etc. La doctora Healy descubrió, en suma, que las mujeres estaban poco representadas tanto en la literatura médica como en los ensayos clínicos que se utilizaban para testar fármacos contra las enfermedades cardiovasculares. El resultado era una mayor mortalidad por enfermedades cardiovasculares en las mujeres que en los hombres.

A raíz de aquellos estudios de Healy, fueron muy numerosos los estudios que pusieron de manifiesto la necesidad de que la medicina trabajara una mayor presencia de las mujeres en los ensayos clínicos y en la literatura científica. También comenzó una corriente de búsqueda de soluciones específicas para las mujeres en todos los ámbitos de la medicina.

Enfermedades Reumáticas

En el caso de las enfermedades reumáticas, existe un importante ámbito de estudio sobre cómo hombres y mujeres muestran signos de la enfermedad de forma diferente. En este artículo dedicado a la espondiloartritis, encontramos datos interesantes que ejemplifican a la perfección este hecho:

- a la hora de describir sus síntomas, hombres y mujeres describen igual el dolor de espalda;

- sin embargo, este síntoma es menos frecuente en mujeres en los inicios de la enfermedad;

- los síntomas periféricos (afectan a extremidades, no a la columna) eran significativamente más frecuentes en las mujeres.

Este tipo de estudios ayudan a que los expertos trabajen en mejorar la detección temprana de síntomas de enfermedades reumáticas mediante el estudio de los síntomas de forma diferenciada por género, para evitar algo que también ha quedado reflejado en estos estudios: que a las mujeres se les diagnostica más tarde la espondiloartritis y, por tanto, pierden los beneficios de un diagnóstico precoz, tan importante para evitar daños y mejorar el pronóstico.

Poner el foco en la mujer con espondiloartritis, buscar soluciones específicas para las mujeres (como aquellas que les permiten gestar o amamantar satisfactoriamente), plantear un abordaje más personalizado, todo ello suma para que pacientes y especialistas logren el objetivo común: conseguir los mejores resultados. Con todo ello, se persigue también ver al paciente (sea hombre o mujer) de forma individualizada para ofrecerle una atención más humana, pero también un tratamiento más eficaz y orientado.

En estas fechas, en las que se reivindica el papel de las mujeres en todos los ámbitos de la salud y de la sociedad, es bueno recordar que gracias a mujeres como la doctora Healy, gran cantidad de especialistas dedican hoy su tiempo y esfuerzo al estudio de las peculiaridades de la enfermedad en las pacientes.