artritis y alimentación

Enfermedades reumáticas: dieta, suplementos y microbiota intestinal

En las últimas décadas, el tratamiento de las enfermedades reumáticas ha mejorado de manera importante gracias, principalmente, a un mayor conocimiento de la enfermedad y a la utilización de terapias avanzadas con medicamentos biológicos. Sin embargo, el hecho de que los pacientes requieran tratamientos farmacológicos de por vida les hace a menudo acudir a terapias complementarias en busca de fuentes adicionales de alivio con menores efectos secundarios.

Muchas de ellas están dirigidas a la modificación en la composición de la microbiota intestinal o hábitos alimentarios como la eliminación de sustancias potencialmente perjudiciales como el gluten. Se estima que un 30-60% de los pacientes con enfermedades reumáticas utiliza algún tipo de medicina complementaria o suplemento.

Modificaciones en la alimentación

Las enfermedades reumáticas son condiciones inmunológicas e inflamatorias crónicas que se caracterizan por la interacción entre la predisposición genética y los factores ambientales, incluyendo los hábitos de vida. Un creciente interés se está centrando en el papel de la dieta, por su potencial contribución a la aparición y evolución de la enfermedad. En este sentido, los alimentos pueden incidir en la respuesta inmune al proporcionar una amplia gama de nutrientes y sustancias bioactivas (moléculas capaces de activar respuestas celulares) con repercusiones a nivel gastrointestinal y sistémico.

Dieta del ayuno

La dieta que incluye periodos de ayuno ha mostrado una disminución del dolor y la inflamación en pacientes con artritis reumatoide. Sin embargo, parece existir un efecto rebote y la inflamación reaparece cuando el paciente reinicia su dieta normal.

Este efecto parece atenuarse cuando el ayuno es seguido por una dieta vegetariana, con una mejora significativa en la inflamación de las articulaciones, el dolor y la rigidez matutina, entre otras modificaciones.

Otros tipos de dieta restrictiva, por ejemplo, a la hora de limitar ciertos alimentos o nutrientes, no han mostrado resultados consistentes en los estudios llevados a cabo en humanos.

Dieta mediterránea

Un patrón dietético cercano a la dieta mediterránea, rica en componentes vegetales, legumbres, pescado y aceite de oliva ha mostrado sus efectos beneficiosos sobre la salud, al reducir la tensión arterial, mejorar el metabolismo de la glucosa, el perfil lipídico y disminuir la inflamación.

En pacientes con enfermedad reumática, la dieta mediterránea puede contribuir a disminuir el dolor, la inflamación, la rigidez matutina y la percepción de enfermedad por parte del paciente. Además, la dieta mediterránea también se recomienda en caso de patologías cardiovasculares y osteoporosis, afecciones frecuentes en pacientes con enfermedades reumáticas.

Una de las consecuencias de la dieta mediterránea se relaciona con su impacto positivo sobre la flora intestinal, priorizando la presencia de ciertos microorganismos que pueden determinar beneficios durante el envejecimiento, la función cognitiva, los procesos inflamatorios y el funcionamiento del sistema inmunitario.

Suplementos con efectos beneficiosos en las enfermedades reumáticas

Omega 3

Los ácidos grasos omega 3 aparecen de forma natural principalmente en el pescado y algunas semillas. El ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), ácidos grasos omega 3 de cadena larga, se asocian con beneficios sobre la inflamación y el dolor de las articulaciones, junto con una disminución en el uso de antiinflamatorios no esteroideos.

De igual modo, algunos estudios muestran que el consumo de aceite de pescado en casos de artritis reumatoide temprana puede determinar una mayor remisión de los síntomas de la enfermedad y la reducción del uso de medicamentos antirreumáticos. 

Aceite de oliva virgen

El aceite de oliva virgen contiene diversos compuestos que pueden ejercer efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Los principales componentes activos del aceite de oliva virgen incluyen el ácido oleico, el ácido linolénico, el ácido alfa-linoleico y diversos antioxidantes fenólicos. El ácido oleico es transformado en el organismo en ácido eicosatrienoico, con propiedades antiinflamatorias similares a las de los ácidos grasos omega 3 del pescado.

Vitamina D

El principal papel de la vitamina D está relacionado con el metabolismo del calcio, el fósforo y la salud ósea. Sin embargo, las funciones de la vitamina D son mucho más amplias, estando implicada, por ejemplo, en la regulación del sistema inmunológico.

De hecho, una ingesta insuficiente de vitamina D se asocia con un mayor riesgo de desarrollar artritis reumatoide. Además, la terapia con suplementos de vitamina D ha mostrado efectos positivos sobre la actividad de la enfermedad.

Probióticos

Los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, pueden determinar efectos beneficiosos en diferentes aspectos de la salud.

En cuanto a las enfermedades reumáticas, los estudios que se han llevado a cabo son escasos, si bien algunos han mostrado efectos positivos frente al dolor y la inflamación articular.

Una de las posibles causas de los potenciales efectos beneficiosos de los probióticos está relacionada con su capacidad de modular la composición de la microbiota intestinal, potenciando la presencia de especies saludables de bacterias.

Dieta sin gluten

El gluten es un desencadenante inmunológico en la enfermedad celíaca y también puede serlo en las enfermedades reumáticas.

La dieta sin gluten, la principal respuesta terapéutica frente a la enfermedad celíaca, también se ha asociado con beneficios en pacientes con artritis reumatoide, aunque la evidencia existente no es concluyente. En algunos casos, una dieta vegana sin gluten puede reducir significativamente los niveles de anticuerpos contra la gliadina (una de las principales proteínas del gluten) y la actividad de la enfermedad, además de determinar efectos antiinflamatorios. La enfermedad celiaca tiene un fondo de autoinmunidad de manera que reducir los niveles de anticuerpos frente a proteínas del gluten disminuye el efecto inflamatorio que estos anticuerpos ejercen sobre la mucosa del intestino. Cuantos menos anticuerpos, menos inflamación y menos destrucción epitelial.

Por otro lado, la enfermedad celíaca se relaciona potencialmente con diversos microbios presentes en el tracto digestivo. Aunque varias de las alteraciones en la microbiota intestinal de los niños con enfermedad celíaca establecida parecen ser efectos de la dieta libre de gluten, existen bacterias específicas que podrían estar relacionadas con la aparición de la enfermedad.

Microbiota intestinal

La microbiota intestinal −compuesta por millones de microorganismos puede ejercer efectos sobre la salud humana que, dependiendo de su composición, pueden ser beneficiosos o perjudiciales.

Los microbios del intestino también se apuntan como un posible agente mediador de la inflamación en las enfermedades reumáticas, aunque el mecanismo de esta asociación sigue sin estar del todo claro.

Sí se ha podido observar cómo la microbiota difiere en su composición en pacientes con artritis reumatoide temprana en comparación con personas sin la enfermedad.

Un elemento clave a este nivel es la dieta, ya que puede modificar la composición de la microbiota intestinal, que a su vez tiene un papel central en la modulación de la respuesta inmune. Una vez más, un plan dietético próximo a la dieta mediterránea, rico en alimentos vegetales, se relaciona con una composición más adecuada de la flora digestiva.