"Los pacientes hoy en día pueden hacer una vida normal"

Hemos empezado una nueva era en la que el paciente ya no es sólo “lo que le duele”, sus síntomas, sino que debemos tener una visión global de él y de sus ámbitos: los físicos y aquellos que tienen que ver con las limitaciones psicológicas, laborales, etc. Y nuestra visión tiene que ser esa.

No olvidemos que la artritis se diagnostica cuando el paciente tiene entre 30 y 50 años, que es cuando más activo está en su vida, y puede dar lugar a cuadros de ansiedad, depresión, alteraciones del estado de ánimo que afecten a todo su entorno.

Sin embargo, debemos recordar que hoy día el enfermo de artritis no queda incapacitado para el resto de su vida, ni debe permanecer en reposo. Al revés. Cuando manejamos la enfermedad de manera adecuada, somos capaces de conseguir que el paciente vuelva a su actividad diaria normal, como era antes del diagnóstico.

Y en lugar de reposo, hay que hacer ejercicio. Cada paciente en función de sus capacidades, obviamente, ejercicio que no sea de alto impacto pero que le permita mantener sanas sus articulaciones evitando la incapacidad.

Hoy día las terapias biológicas permiten mantener la calidad de vida, y para lograrlo, uno de los aspectos más importantes es el diagnóstico precoz. Esto permite que la mayoría de los pacientes vuelvan a recuperar sus actividades diarias con normalidad.

Por eso también recomendamos conocer bien los síntomas para que podamos identificar la artritis lo antes posible y que nuestro médico de primaria nos remita al reumatólogo, porque hoy día existen muchas opciones para controlar esta enfermedad.